INAUGURACIÓN
Sábado 25 de junio a las 12:00 hrs.
AFA Galería invita a la inauguración de “La Muerte de las Naturalezas Muertas”, exposición individual del artista Renzo Delpino Fabre.
Renzo Delpino Fabre se dedica principalmente a la fotografía de paisajes, en las que el elemento dominante es la naturaleza en sus múltiples formas y colores. Ya sea en el Altiplano, el desierto, la playa o los bosques del Sur de Chile, la cámara de Renzo busca capturar el carácter sublime del mundo natural. En esta ocasión, a través de 21 fotos digitales, el artista explora un género diametralmente distinto: las naturalezas muertas.
La propuesta presentada supone una revisión, planteada desde la Historia del Arte, de los también llamados bodegones. Este particular género pictórico popularizado en el norte de Europa durante el siglo XVII, consiste en la representación de objetos “inmóviles”, así como también de elementos naturales, tales como flores, frutas, animales, calaveras, entre otros, dispuestos en caprichosas composiciones.
Una de las mayores contradicciones que supone este tipo de obras surge de su nombre, pues mientras en lenguas como el italiano, el francés y el portugués se llaman literalmente “naturalezas muertas”, en idiomas como el inglés (still life), el alemán (stilleben) y el neerlandés (stilleven) su denominación se traduce como “vida inmóvilzada”.
Durante mucho tiempo, se consideró que la finalidad de estas obras, muy apetecidas por la burguesía holandesa, era mostrar el virtuosismo de los pintores quienes lograban recrear con gran verosimilitud la apariencia de las cosas. La atención puesta en las luces, sombras y texturas se explica, en parte, por el alto nivel de desarrollo alcanzado por la óptica en los Países Bajos, lo que convirtió a la visión en el sentido predilecto para aprehender la realidad. No obstante, la potencia simbólica de los bodegones no se agotaba en la exactitud de la representación, pues estos escondían significados muchísimo más profundos y trascendentales como, por ejemplo, el carácter efímero del goce y la inminencia de la muerte, en otras palabras, el tropo conocido como memento mori.
Las fotografías de Renzo se hacen cargo y problematizan esta tradición, pues a través de su innegable influencia pictórica –observable no solo en el tema escogido, sino 2 que también en la composición y el colorido–, registran jarrones, flores marchitas y múltiples elementos ruinosos encontrados en algunos cementerios de Chile como huellas del abandono y del paso del tiempo. El descalce estético que plantea Delpino surge precisamente entre el género trabajado y el escenario en que el se realizaron las tomas, proponiendo un juego macabro en el que la muerte se vuelve literal.
Otro aspecto relevante, es que del mismo modo en que tradicionalmente los pintores buscaban un exacerbado naturalismo, Renzo se vale de uno de los dispositivos cumbre de la ciencia óptica: la cámara fotográfica, para capturar de la manera más fidedigna que es posible los elementos que encuentra en su recorrido por el camposanto.
Finalmente, las fotos de Renzo se mueven en la indefinición entre, por una parte, la literalidad de la naturaleza muerta y, por otra, la capacidad de pervivencia de este género artístico más allá de la pintura en la actualidad.
Manuel Alvarado Cornejo.
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